Justicia y Economía están trabajando en el desarrollo de una propuesta relacionada con los accidentes de tráfico. Por un lado, buscan reducir los fraudes que se cometen, y por otro, tratan de fortalecer los criterios que utilizan las aseguradoras para determinar el daño de los implicados en relación a lesiones leves.

 

Tanto las asociaciones de víctimas, como las aseguradoras y la Fiscalía se han posicionado a favor de la reforma.

 

Todo ello se está moviendo para lograr descongestionar los juzgados, asegurar un entendimiento amistoso entre las dos partes implicadas en el siniestro y reducir el gasto que conlleva recurrir este tipo de procesos.

 

Entre las novedades de la propuesta estiman aumentar la cantidad demandada por el usuario afectado por el accidente de tráfico en los casos en que las lesiones sean graves. Y del mismo modo, se endurecerán los criterios para determinar la cantidad a pagar cuando sean accidentes o secuelas leves.

 

Hasta ahora, si el usuario que había tenido el accidente aseguraba tener un dolor cervical se le concedía la indemnización. De este modo, surgen muchísimas indemnizaciones indebidas. Ahora con el cambio de normativa, se necesitarán pruebas objetivas que constaten que el dolor que sufre el paciente es real. El problema que se presenta es que hay lesiones que carecen de herramientas médicas para realizar pruebas diagnósticas. Con esto nos referimos por ejemplo al dolor cervical anteriormente mencionado.

 

Por otro lado, los daños que atañen pérdida de calidad de vida se tendrán en cuenta cuando el sujeto esté incapacitado para realizar esa actividad. Hasta ahora, se reconocían cuando la actividad se veía limitada.

 

En definitiva, la propuesta se trasladará durante el mes que viene al Consejo de Ministros. Su desarrollo y redacción dependerá de cómo evolucione legislativamente.